Los 8 Errores Profesionales de los Modeladores Numéricos

Estamos convencidos que el mundo cambia y que el futuro de la humanidad depende de lo que hagamos ahora. Queremos tener un mundo feliz, igualitario, meritocrático y verde. Vivimos criticando cualquier desastre ambiental, nos indigna la inacción de las autoridades, y queremos evaluar cualquier posible impacto de nuestros proyectos sobre el medio ambiente.

Entonces, en este desborde de optimismo tendríamos que hacernos una pregunta: Que tan buenos profesionales somos para poder gestionar el medio ambiente? Y este tema ambiental es un poco emergente, porque si bien nos han mencionado como debería ser el mundo, no nos han enseñado a ser profesionales puros y duros.… y verdes. Hay que decirlo, nuestra actividad tiene lados flacos, temas que no se evalúan, pragmatismos e ignoracias.

No podemos resumir toda la actividad profesional en evaluaciones ambientales. En un intento de comprender algo complejo por comprender sus partes, en este artículo mencionaremos los errores profesionales de los modeladores numéricos de aguas subterráneas.

 

1. Pretender usar el software mágico y todopoderoso

Cuando el optimismo nos aleja de la objetividad, pretendemos incluso decir que podemos modelar mejor el régimen de aguas subterráneas porque tenemos un software de miles de dólares. La calidad de un modelo depende del modelador, el software y los datos de ingreso, solo mejorando los 3 se puede tener un producto mejor.

El software es hecho por personas para simular el ciertos procesos del ciclo hídrico subterráneo, ningún software fue hecho para modelar “todo” y bajo “todas las condiciones”. Y como toda cosa hecha por el hombre, el software también tiene limitaciones.

 

2. Hacer muchos modelos al mismo tiempo

El modelador es como un artesano, o como un dentista. No pretenderías que tu dentista saque muelas en simultáneo; tampoco esperes que un modelador que esté involucrado en muchos proyectos haga un buen trabajo. 

Por la dedicación que se necesita a los datos de entrada, construcción del modelo y las simulaciones, el hecho de llevar muchos modelos produce una disminución de la atención y por consiguiente una baja de calidad

 

3. Trabajar remotamente

En el mundo globalizado, los modelos se hacen localmente. Y porque? Porqué básicamente la transferencia de datos es super ineficiente (recalcando lo de “super”), si consideramos que la principal via de comunicación es el correo electrónico.

Un modelador que se respete debe haber ido a campo a verificar toda la red de puntos de observación, la ubicación de las obras proyectadas y recopilar la información de ingeniería desde la misma fuente.

 

4. Ser impreciso en los alcances del proyecto

Cuando se presenta una propuesta, se tiende a poner alcances como:

“El estudio tiene como objetivo comprender todos los procesos físicos relacionados al flujo de agua subterránea, caracterizar todas las unidades hidrogeológicas y discontinuidades geólogicas para luego simular todos los impactos del proyecto sobre el régimen de aguas subterráneas”.

Esto puede sonar bien para un inversionista, o para un gestor de proyectos; pero para profesionales en el rubro se sabe que es muy general y por lo general al presentar el proyecto quedarán dudas sobre el alcance de lo evaluado. Una propuesta, por poco marketero que suene, solo tiene que tener 3 líneas de los principales objetivos del estudio.

 

5. Aceptar modelos con información insuficiente

Si un modelo tiene alcance de un EIA necesita información tanto en la época seca y en la época humedad de niveles piezométricos y de flujo base. Ahora, muchos modeladores aceptan trabajos sabiendo que el estudio tienen información insuficiente, pero aún así hacen modelos y simulaciones. Esto produce que el reporte sea observado cuando se presenta a los organismos reguladores.

Luego de allí viene los ruegos, suplicatorios y compromisos de futuras evaluaciones.

 

6. Usar “trucos”

Para lograr una calibración, un modelador puede usar los siguientes trucos:

  • Retirar puntos de observación que no estén en la tendencia
  • Utilizar zonas puntuales de baja/alta conductividad para ajustar un punto
  • Excederse en la recarga (>25% de la Precipitación) para lograr una calibración 
  • entre otros

El uso de “trucos” o “artificios” es común, poco lícito y no tiene nada científico. Creo que los modeladores deben tener suficiente ética para entender que esos métodos no sean ni considerados en la realización de un modelo.

 

7. Modificar las simulaciones

Otro tema clave de los modelos. Si el flujo de lixiviados de la presa de relaves en grande, o la extensión del cono de depresión llega a otra población, el cliente te “motivará” a que alteres el resultado de tus simulaciones para que los impactos salgan como uno espera. 

Eso es muy grave de fondo, ya que el criterio profesional esta de lado ante los intereses del proyecto. Bajo la perspectiva de obtener un EIA donde se quiera que el proyecto sea viable ambientalmente, esta modificación de las simulaciones serían muy frecuente.

 

8. No compartir los datos de modelamiento

Esto nunca lo comprendimos. Los archivos del modelamiento son propiedad del cliente y deben ser transmitidos a los reguladores y partes involucradas; pero el modelador los considera algo como una “propiedad intelectual”. La transparencia en las evaluaciones implica que los modelos deben ser libres, observables y auditables. No compartir los datos de modelamiento disminuye la confiabilidad en los resultados.

 

Podemos mencionar más errores profesionales, pero todos se resumen en la falta de criterio, y ética en realizar evaluaciones numéricas que en realidad evalúen en impacto. 

A las personas que llegan a leer estas líneas, comprenderán que el camino a un mundo con una gestión ambiental real implica un amor por la ciencia pura y dura y la convicción de hacer un trabajo que genere un cambio en lugar de un trabajo que cumpla un requisito.

 

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Posted on February 21, 2016 and filed under Medio ambiente.