El acuífero de Ica es un caso particular en la gestión del agua en Perú y Latinoamérica en especial por las características de la cuenca, la cantidad de sol que recibe, la productividad de sus tierras y la sobre-explotación del acuífero.
Hay agua en Ica?
Es una pregunta parecida a: existe vida en Marte? La respuesta sería: Si, pero poca. La cuenca del Río Ica no tiene mucha área de captación en las partes altas que es donde llueve, es por eso que el Rio Ica presenta menos caudales que sus vecinos como el Rio Pisco o el Rio Chincha. Curiosamente, la cuidad de Ica es sujeta a inundaciones por la estrecha franja de rio que no permite pasar grandes flujos en época de avenidas.
En líneas generales, el río Ica es un río de mediano rendimiento y gran demanda. Este río tiene un delta terrestre y no llega a descargar sus aguas al mar.
Cuales son las claves para la sostenibilidad del acuífero?
El problema del acuífero ha sido tomado desde varios puntos como usuarios, universidades, autoridades del agua, cooperación internacional, entre otros. Y esto ha dado a interminables discusiones sobre qué, cómo, y quién debiera hacer algo para solucionar el problema del agua.
Lo que vamos a describir a continuación de seguro dará otro enfoque al problema, y esperamos le haga sentido a los actores de decisión para que conversen sobre un plan unificado del uso sostenible del acuífero del río Ica.
1. Cambio de método y tipo de cultivo.
El valle de Ica no está para cosechar cultivos como el algodón o la papa a través de métodos tradicionales de irrigación por surcos. Si bien cultivos de alta producción han cambiado a sistemas de riego por goteo o aspersión, existe un remanente pequeños productores con cultivos que tienen que ser cambiados y sus sistema de riego mejorados.
2. No esperar a que el Estado arregle las cosas
Si algún funcionario del Estado quisiera desarrollar estrategias sostenibles para el manejo del acuífero encontraría:
- Sistema atomizado de usuarios: muchos usuarios con poco hectareaje
- Alta agremiación: Junta de usuarios, asociaciones de productores, poblaciones
- Poca estructura legal: Teóricamente existe la figura de Autoridad Autónoma del Agua, pero en realidad no vemos que funcionen con las capacidades que fueron conceptualizadas
Entonces, bajo este contexto tendríamos que contar con alguien como Ghandi, o el General Paton para ordenar el uso del agua, y probablemente este funcionario no trabaje para el Ministerio de Agricultura. Existe un costo político alto para llevar iniciativas en sistemas donde todos tienen voces, donde cada idea tiene muchos detractores, y no falta algún figuretismo temporal y barato.
Existe un sentimiento entre los agricultores que es esperar a que el Estado les arregle las cosas. Pero no existe Estado que arregle acuíferos, así que la solución tendrá que ser "orgánica", es decir tiene que venir del sentido común de todos los usuarios.
3. Evitar las soluciones "innovadoras"
El valle de Ica tiene un acuífero limitado donde el agua que se extrae no se vuelve a reponer. En un balance del uso, demanda y almacenamiento, el acuífero de Ica sale en negativo ya que se extrae agua de almacenamiento hasta que un punto en que los pozos se van a secar, o en donde el que más dinero tiene también tendrá agua porque podrá bombear más profundo.
Como somos creativos, también somos "innovadores" pero poco técnicos. Nos gustan las soluciones inmediatas y proponemos ideas trasnochadas como:
- la cosecha de nubes
- la recarga artificial
- desalinización del mar
No significan que estas tecnologías no funcionen, pero su rendimiento es limitado en proporción a lo que se necesita para mantener la agricultura del valle.
4. Represamiento y trasvase intercuenca
Aquí es donde el Estado junto con la sociedad civil tienen que apuntar. Habíamos dicho que el Río Ica tiene una cuenca pequeña en sus partes altas, y es allí donde llueve. Esquemas de manejo sostenible del acuífero implican el trasvase de aguas de cuencas vecinas que aseguren la sostenibilidad del uso.
Sería ilógico pensar que se trasvase el agua se un río vecino para aportar al río Ica, pero hace más sentido trasvasar un volumen acumulado en un reservorio o represa.
Las represas son las amigas de la gestión sostenible del agua, acumulan agua que se va al mar en la época de lluvias y la suelta en la época seca o cuando se la necesite. Hacer represas implica un costo político, poca gente ve su beneficio, y también tiene detractores. Solo quiero dejar en claro que ningún plan de afianzamiento hídrico en Perú funcionará sin la instalación masiva de reservorios o represas en nuestros andes.
5. Limitaciones en el uso del agua
Este es un punto más crítico y donde vemos que no existirá consenso. Se tiene que limitar el uso del agua subterránea, pero nadie querrá ser el primero. Desde la perspectiva de los usuarios el problema se divide en grandes usuarios y pequeños usuarios.
Antes de todo, se debe dejar de promocionar al valle de Ica como tierra para la agricultura de exportación e incluso se debe crear un incentivo (préstamos, menos impuestos) para que las empresas agrícolas migren a valles del norte de Peru que tienen menor déficit hídrico.
Es más difícil mudar a los pequeños usuarios, esquemas sostenibles de agua en el valle incluyen la estandarización de los cultivos y los métodos de irrigación.
Terrenos que dejen de ser utilizados como tierras agrícolas deben ser trasladados a un uso industrial o poblacional que consumen menos agua. Quizá este sea el momento de un nuevo futuro industrial para el Valle de Ica.
La persona que logre el manejo sostenible del agua en el Valle de Ica ganará dos Premios Nobel, el primero de Economía y el segundo de la Paz.
Escrito desde el valle de Chavimochic por:
Saul Montoya Ph.D. Cand. M. Sc.
Hidrogeólogo - Modelador Numérico
Director de Gidahatari