Mi padre fue un campesino dedicado al cultivo de olivos, durante aquella época participó activamente en la Junta de Usuarios de Bella Unión (Caravelí- Arequipa). En los ochentas, hubo un derrame de relaves mineros que afectó el agua y las tierras de cultivo. Producto de ese evento los integrantes de la asociación, quienes tenían limitados conocimientos de contaminación y química del agua, tomaron la iniciativa de recolectar muestras para presentarlas a las autoridades. La intención era clara: demostrar que la contaminación se extendía a los cursos de agua debido a las filtraciones de los relaves y los planes de remediación.
Las muestras y los resultados de los análisis químicos llegaron a la autoridad competente en recursos hídricos, en aquella época INRENA. En una oficina, un trabajador de la institución les dijo que ellos no tenían ninguna jurisdicción sobre ese tipo de conflictos.
Los campesinos estaban terriblemente frustrados por la reacción de la autoridad. Sin embargo, esta situación no era diferente a otros conflictos relacionados a los recursos hídricos durante los ochentas.
La gestión de conflictos de los recursos hídricos en la década de los 90
La nueva era de la minería en Perú trajo consigo a los grandes proyectos mineros, pero la gestión de conflictos sociales era la misma. Como una perspectiva general, cualquier reclamo de tipo social se manejaba con las siguientes herramientas:
- La compra de la opinión de uno o más congresistas.
- Corrupción de los funcionarios reguladores.
- Presionar a una autoridad (lobismo, el cual en Perú es ilegal y por lo que suele estar relacionado con una compensación económica ilícita).
- La alienación de los medios públicos.
- Juicio a los líderes comunitarios.
- Cualquier otro derechista técnica.
Este artículo no tiene intención de analizar las disputas sociales, el cual es un tema complejo y que pertenece a un área de investigación exhaustiva. Aquí sólo discutiremos “herramientas comunes” utilizadas para el manejo de conflictos sociales.
Cuando hay algún conflicto sobre un recurso hídrico que termine en una revuelta, marcha o interrupción de carreteras, el gobierno envía a un representante a negociar. Luego de la negociación, se llega a un compromiso para aumentar la riqueza de la zona y así resolver el conflicto del agua. Es por ello que durante décadas las comunidades terminaban con varios acuerdos, pero ninguna acción específica. Por lo tanto, una vez más la población se sentía profundamente frustrada con la gestión de los conflictos por parte del gobierno.
Discursos
Como especialista hidrogeólogo y modelado numérico especializado en evaluaciones de impacto ambiental en el área de recursos hídricos del sector minería (y olivarero de segunda generación) escribo este post con el fin de brindar una buena perspectiva de la gestión actual de los conflictos sociales relacionados con los recursos hídricos en América del Sur, especialmente en Perú.
Hace cinco años, cuando le pregunté a algunas empresas mineras y alguna consultora sobre la responsabilidad del proyecto minero respecto al desarrollo de las Comunidades, escuché esto varias veces:
"La empresa minera paga todos sus impuestos, por lo que es el gobierno el que tiene que llevar riqueza a la gente".
Podría asumir esto como verdad en Finlandia o Noruega, pero en los países en desarrollo como Perú se sabe que el gobierno no funciona de esta manera y el flujo de riqueza sólo es traducido en "chorreo" de bienestar.
Tiempos modernos
Esta es la era de la información, la era de Internet. La naturaleza de los conflictos relacionados al agua ha cambiado dramáticamente. En comparación con la posición descrita de los años 90 podemos ver algunas mejoras en la legislación de agua y en la labor de las Autoridades. El principal cambio es la información, hoy en día vivimos la era de la aldea global donde los disturbios, arrestos y bloqueos se pueden informar de forma casi instantánea.
Hoy tenemos muchas fuentes de información, muchos actores, varios puntos de vista, todos expresan sus conclusiones en tiempo real. Los actores de opinión no sólo se van a expresar a través de los medios masivos, sino también por las redes sociales, por lo que estas tienen el papel de unir y confrontar los puntos de vista.
Perú ya no es un país bananero en donde se puede desarrollar un proyecto minero contra la voluntad del pueblo, por lo menos es un país en donde los principales temas sociales tienen relevancia en la factibilidad del proyecto.
Solución para el desarrollo del proyecto minero
Siempre he dicho que las actividades económicas son muy importantes para el ecosistema, porque estas aseguran nuestra existencia, educación, salud e infraestructuras, para nosotros y nuestras futuras generaciones. Sin embargo, debemos hacer cambios en la manera en que vemos a la gestión de los conflictos de los recursos hídricos.
Tenemos que hablar un solo idioma para hacer frente a los conflictos. Pero, lo más importante es decir la verdad y la verdad es que:
- Cada proyecto minero genera impactos sobre el medio ambiente y los recursos hídricos.
- Existen tecnologías para remediar, mitigar el impacto y compensar errores.
- La minería es importante para el desarrollo del país (hasta que empezamos la industrialización).
- La gente tiene que ver el desarrollo en su propio contexto fomentado por el proyecto minero.
- Las personas tienen que aceptar las consecuencias buenas y malas sobre la minería antes del inicio de cualquier proyecto minero.