Basándonos en nuestra experiencia en el aprendizaje en línea en recursos hídricos basado en software libre que data mucho antes de la pandemia Covid, hemos visto algunas limitaciones del elearning como plataforma para enseñar software para los recursos hídricos.
Aunque podemos conceptualizar el elearning como algo nuevo, de hecho es una copia de bajo rendimiento del entorno del aula en la computadora. Simulamos la pizarra (preferimos la pizarra de tiza, menos alérgica), el profesor, las intervenciones, los trabajos, los exámenes y todo lo relacionado con el aula normal, incluso los descansos y las graduaciones. Pero esta versión de la educación “Second Life” tiene sus limitaciones que deben ser bien evaluadas para poder definir estrategias para lograr el objetivo de la educación: brindar nuevas y mejores capacidades a los profesionales de los recursos hídricos.
No somos de la idea que el aprendizaje en línea sea solo una solución temporal y esto volverá a la normalidad cuando termine el Covid. En nuestra perspectiva, la educación en línea es clave para la solución de la crisis relacionada con el agua que se avecina causada por el cambio climático, los conflictos por el agua, la sobreexplotación de los recursos hídricos, problemas con la calidad del agua y otros.
La principal limitación del aprendizaje en línea es la interacción entre el profesor y el alumno. Independientemente de la plataforma que utilice, la interacción normal profesor-alumno, la reacción del alumno, la capacidad de ver dónde ocurren los errores es bastante limitada con la educación en línea. Como profesores, percibimos que los estudiantes no expresan sus ideas o problemas con los ejercicios y conceptos; esto también es un problema en las clases presenciales, pero se ve agravado por la educación en línea. Si un estudiante tiene un problema, lo más probable es que espere hasta el examen para resolver lo que estaba pasando.
Los alumnos perciben los cursos online como algo frío, como una ventana más en el ordenador y esto se puede medir por las otras actividades que el alumno pueda realizar como comer, leer las noticias, interactuar en las redes sociales o incluso jugar a un juego online. Solo los estudiantes más responsables, disciplinados y motivados pueden obtener la mayoría de los conceptos vertidos en clase, pero son una minoría. Otras limitaciones son la conexión a internet, la velocidad de internet, la disposición del profesor para realizar clases en línea, etcétera.
Una solución podría ser el aprendizaje mixto con aprendizaje presencial y en línea en el programa de un curso. La parte presencial del programa se centraría en asegurar las herramientas adecuadas (computadora y software), resolver algunos problemas básicos y conocer a los estudiantes y profesores, mientras que la parte en línea está más relacionada con los ejercicios.
