En cierta manera hemos tomado la temática de los Estudios de Impacto Ambiental y sinceramente no sabemos por qué. Deberíamos escribir más de la sostenibilidad de acuíferos o de herramientas informáticas pero volvemos al mismo tema tratando de encontrar otro angulo con mucho respeto a usted apreciado lector para que no se aburra de todo nuestro diálogo ligero de especialistas en medio físico que se atreven a cuestionar el sistema.
Era una historia cercana
Aquellos que han estado en evaluaciones de impacto ambiental en los últimos años han conocido al mercado en especial el minero en una mejor forma. En Peru pasamos de tener varios Estudio de Impacto Ambiental Detallados (EIA-D) ingresando al Ministerio de Energía y Minas al mes, a tener una nueva institución de evaluación ambiental llamada SENACE donde no han ingresado EIA-D nuevos, solo modificaciones de EIA e Informes Técnicos Sustentatorios (ITS) que no tienen la complejidad de los EIAs nuevos.
Este cambio en el mercado de las evaluaciones han modificado las condiciones de juego. Ahora los clientes licitan los estudios, las evaluaciones de las propuestas que deberían ser técnicas y económicas terminan siendo solo económicas ya que por la parte técnica todas tienen el mismo porcentaje.
De tener un cliente más preocupado (en algunos casos) por tener un buen instrumento ambiental para su proyecto, tenemos a los clientes más interesados en quién consigue el estudio más barato y más rápido. También el cliente es más crítico con las evaluaciones, pide más calidad a comparación de años anteriores.
El tiempo que se hace tiempo
Hace unas semanas hablamos de como los términos de referencia habían homogenizado las evaluaciones ambientales, sin embargo también las habían limitado en sus alcances.
Son los lineamientos de la Linea Base de hacer un muestreo en época seca y otra en la época húmeda, lo que significa 6 meses de trabajo en campo más 3 meses de trabajo de gabinete, entonces en 9 meses tienes un documento que puede ser presentado al SENACE donde en solo 45 días te lo evalúan y en menos de 11 meses tienes la licencia ambiental para abrir tu mina, esto incluye los permisos de agua y vertimientos ya que es una certificación ambiental global.
Bajo este esquema es más rápido conseguir un permiso ambiental para una mina que conseguir una declaratoria de herederos. Pero no todo funciona como el reloj, porque por más que hayamos querido hacer la planificación, en campo las cosas salen como uno prevee y nuestros cronogramas son una buena intención y una declaratoria de fallos. Puedes tener tanto factores naturales y sociales como lluvias, huaycos o bloqueo de carreteras y movilizaciones o alguna comunidad que te captura porque no se enteraron que ibas a pasar por alli ese día.
Pero los factores que dificultan y alargan el trabajo de campo están relacionadas al medio físico en sí, entre esos factores podemos mencionar:
Dificultad de llegar a los puntos de medición
Pérdida de tubería de perforación
Bajos caudales / altos caudales en los puntos de aforo
Existen ciertos elementos que retrasan aún más el trabajo de campo como son los permisos ante los organismos públicos, exámenes médicos y autorizaciones de las comunidades.
Nota de la redacción: Siempre en los exámenes médicos tenemos la sensación que estamos siendo tratados como reclutas del servicio militar. Y el personal de atención al público es pésimo.
Entonces los 6 meses de campo no son 6 sino 8 meses y se tiene una fecha límite para la entrega de la evaluación por lo que la redacción del informe coge un dinamismo globalizador de jornadas saludables y reglamentarias de 11 horas por día trabajando incluso el fin de semana… pero no hay preocuparse que protegemos el medio ambiente aplastando los derechos laborales.
Las simulaciones numéricas empiezan en la fecha que se deberían estar entregando los reportes y los análisis de impacto se escriben horas antes de imprimir el documento.
Viendo la situación desde esta perspectiva, consideramos que los EIAs están viniendo con “fallas de fábrica” y donde el proceso en sí no permite hacer un seguimiento de la calidad y apuntar a que el documento sea la herramienta que muestre el estado actual del medio ambiente y permita gestionar los impactos del proyecto.