Las prácticas responsables de la gestión ambiental requieren permisos, esos permisos se basan en evaluaciones, predicciones y diagnósticos. Pero esos permisos se dan al principio de un proyecto, y de allí pueden pasar muchas cosas durante la vida del proyecto. Sorpresas da la vida a las personas y a los proyectos, y algunas veces la situación respecto a la calidad y cantidad de los recursos naturales es diferente respecto del diagnóstico y evaluación inicial.
Este artículo trata básicamente sobre evaluaciones del recurso hídrico, pero las situaciones descritas pueden darse en cualquier otra área.
Que incertidumbres tiene una evaluación ambiental?
En principio tiene varias debido a la complejidad de la naturaleza y en este caso; al régimen de aguas superficiales y subterráneas. En la etapa de formulación de un EIA el conocimiento alcanzado sobre el régimen de aguas superficiales puede ser tan mínimo como un registro en la época seca y otro en la época húmeda. En aguas subterráneas se pueden tener de alrededor 10 piezómetros con solo 1 piezómetro aguas arriba de los componentes y ninguna estimación de caudal base. En términos de calidad del agua, los requerimientos también son bajos ya que se monitorea según los parámetros de los ECAs pero no se tienen varios registros que permitan disminuir el error estadístico.
Entonces, vemos que la cultura consciente de preservación del medio ambiente ha completado un ejercicio sano de evaluación. No podemos pensar que un proyecto tenga que hacer un tesis doctoral sobre el medio físico donde se desenvuelve, pero si debemos considerar que las evaluaciones fueron hechas con limitada información.
Cuándo puede ocurrir lo inesperado?
En tiempos que el proyecto ya ha empezado, las personas trabajan, los recursos se extraen y los productos se manufacturan, algún conflicto laboral y social aparece, pero en fin, el PBI aumenta. Pero algo sale mal en los registros, y estos registros muestran ciertas cosas:
- Impacto al caudal en manantiales y quebradas
- Aumento en las concentraciones en piezómetros aguas abajo de botaderos
- Caudales inesperados de ingresos a tajos que exceden la capacidad de la planta de tratamiento
- Disminución del nivel en pozos vecinos
- Afectación de bofedales no considerados
Entonces estalla la caja de pandora, llaman a los consultores, se hacen estudios y el tema se convierte en una papa caliente que puede llegar a las comunidades y generar una movilización/paro/huelga para que luego la prensa ponga en marcha su maquinaria de mostrar verdades parciales, opiniones tendenciosas y alguna ONG proponga la inviabilidad del proyecto.
Entonces, la cultura de planificación inexistente en nuestro gobierno se traslada al sector privado ya que se esta tratando con lo inesperado, y es allí donde el consultor que hizo el EIA tiene mucha responsabilidad como lo describiremos a continuación.
Es una cuestión de tendencias
Cual sería el presupuesto adecuado para evaluar el medio ambiente? Es una pregunta tan ambigua como definir el porcentaje del presupuesto nacional que se debe emplear en educación. El EIA se ha convertido en el Totem de donde todos los evaluadores, supervisores y fiscalizadores giran. Puede haber sido un EIA optimista, uno EIA responsable o un EIA que se dejó llevar más por las "opiniones de expertos" que de cálculos determinísticos... que son los EIAs más bajos de la especie.
Sea el EIA que fuere, ha sido realizado con limitada información sobre el medio físico. Entonces, que responsabilidad tiene el consultor sobre las evaluaciones de impacto?
Si bien el consultor no puede evaluar con total certidumbre la magnitud de los impactos, si debe ser responsable por determinar cuales serían los principales impactos y que tendencias se deberían observar en los parámetros de calidad y cantidad de agua que estén asociados a un impacto.
Y cuando fallan las predicciones, qué hacer?
Podríamos mostrar el siguiente plan de trabajo propuesto:
- Definir una red de monitoreo y frecuencia específica para el fenómeno observado
- Revisar la información de línea base y monitoreos para determinar la tendencia y ratios de aumento/disminución de concentraciones/caudal
- Si el impacto mantiene una tendencia creciente, actualizar las simulaciones para evaluar impactos futuros
La relación entre propietario / organismo ambiental / comunidades
Si existe un problema con las predicciones de un EIA probablemente será el propietario la primera persona en enterarse, y seguramente no irá corriendo al organismo regulador a contarle, ya que con certeza habrá incumplido algo y será sujeto a una multa.
Entonces el silencio complice de la verdad oculta dará un margen de tiempo, hasta que el impacto no pronosticado sea observado por las comunidades, se generen denuncias y se forman las mesas de diálogo donde se dicen muchas cosas, hablan muchas personas pero se toman pocas decisiones.
Todo problema que conlleven los impactos no pronosticados implican el gasto de dinero y mala percepción del proyecto, aparte de la extensión y severidad del propio impacto. En las épocas actuales, muchas personas están al pendiente que tengas algún problema para "lapidarte" mediáticamente, si es que antes no lo han hecho sin pruebas.
Estamos en el mundo de comunicación y de la información, por lo que el propietario debe estar a la vanguardia de proveer la información adecuada y responsable sobre un impacto no pronosticado, el organismos ambiental debe informar sobre los pasos que se han dado para remediar/mitigar estos impactos. Y la información la tienen que proveer por los medios necesarios antes que otros especialistas empiecen a hablar no tan responsablemente.
En conflictos sociales por temas ambientales, no es importante decir lo cierto, lo importante es decirlo primero.