Los organismos de cuenca pueden estar diseñados de diversas maneras: como organismos consultivos y/o con poder de decisión dotados de personería jurídica, como entidades de gestión o de desarrollo, o como organismos de regulación. Con frecuencia, operan conjuntamente con otras entidades de gobierno y organismos administrativos. Las responsabilidades de la gestión y regulación del agua, y del suministro de los servicios hídricos, deberán ser asignadas a diferentes organismos a fin de agilizar las operaciones y garantizar las metas de la gestión integrada de recursos hídricos.
Si bien los organismos de cuenca realizan muchas tareas, éstas tienden a concentrarse en tres áreas principales:
- monitorear, investigar, coordinar, regular
- planificar y financiar
- desarrollar y administrar
Para así adaptarse a los cambios de rumbo político, las reformas administrativas y las relaciones entre los países. Esto puede exigir, por ejemplo, modificaciones a su sistema de gobernabilidad, su estructura y ajustes a sus mandatos. También deben ser capaces de adaptarse a cuestiones de carácter emergente, como el cambio climático y la protección de los ecosistemas, entre otras [1].
Una dirección general u organismo de cuenca, toma decisiones en materia de planificación y tiene responsabilidades establecidas por ley. Puede elaborar y poner en vigor normas, u otorgar consentimiento para actividades de explotación y está, por lo general, fundada sobre principios de la función pública según los cuales se presta un servicio a la comunidad con algo de autonomía dentro de un marco jurídico nacional. Un organismo de cuenca puede actuar también como árbitro y es a quien los interesados recurren para solucionar conflictos. Estos organismos, por lo general, están a cargo de la planificación a mediano plazo y del cobro de impuestos sobre extracciones y descargas de agua a modo de financiar o dar apoyo a las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos establecidos. En algunos casos, estos organismos de cuenca pueden también ser responsables de la política hídrica, la recolección o producción de datos, el intercambio de información y la generación de conciencia pública.
Un consejo de cuenca puede ser un grupo formal o informal y puede estar integrado por funcionarios del gobierno, miembros del poder legislativo nacional, representantes de ONG y ciudadanos comunes que se reúnen con el objetivo de tratar cuestiones relativas a la gestión del agua. Generalmente, los consejos se crean para asesorar al gobierno. A diferencia de las comisiones, que también son organismos de expertos, los consejos carecen de facultades de regulación.
Además de los organismos de cuenca descritos anteriormente, hay corporaciones o empresas que construyen infraestructura dentro de una cuenca. Por lo general, reciben una concesión de parte del gobierno para desarrollar la infraestructura y administrarla durante un período especificado. Usualmente, brindan servicios de suministro de agua y pueden cobrar cargos por usos tales como la navegación, el control de inundaciones, el riego y la generación de energía hidroeléctrica. Estas corporaciones no son organismos de gestión de cuenca.
Referencias
1. GWP e INBO (2009). Manual para la gestión integrada de recursos hídricos en cuencas.
2. Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture (2008). Developing and Managing River Basins: the Need for Adaptive, Multilevel, Collaborative Institutional Arrangements. Water for Food, Water for Life. Issue Brief #12. Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture, Global Water Partnership and International Network of Basin Organizations.