La frecuencia de los eventos de precipitación (lluvia, nieve, granizo) ha incrementado en nuestro país, causando inundaciones en algunas regiones. Una atmósfera cálida retiene más vapor de agua, que provoca precipitaciones frecuentes y severas. Como consecuencia, puede causar más inundaciones en varias regiones incluso cuando se espera que la precipitación total disminuya.

El cambio climático aumenta la intensidad de las tormentas y huracanes tropicales, así como los niveles del oleaje de tormenta asociados con estos eventos. El oleaje de tormentas, que es el nivel de una ola por encima de la marea normal, es la razón principal de las inundaciones extremas en la costa. El nivel del mar sube debido al deshielo de las capas de polares y la temperatura cálida de los océanos probablemente intensifique los efectos dañinos en el oleaje de tormentas.

Fuertes lluvias y consecuencias relacionadas a la salud

Las inundaciones son consideradas como uno de los peligros más mortales relacionados con el clima en Estados Unidos, causando alrededor de 98 muertes cada año desde 1957-2005 (la mayoría ahogamientos). Las inundaciones asociadas con las tormentas tropicales causaron el mayor número de víctimas de ahogamiento en Estados Unidos.

La precipitación extrema puede causar otro riesgo para la salud después del evento. Por ejemplo, la escorrentía sin control puede saturar las plantas de agua y de tratamiento de aguas residuales, y pozos sépticos, contaminando el agua potable, cultivos y mariscos. El agua sin tratar y comida contaminada puede causar enfermedades gastrointestinales por las bacterias, virus, protozoos y químicos que son peligrosos para la salud. Las lluvias extremas y altas temperaturas pueden promover el crecimiento de moho y hongos, especialmente a raíz del agua de inundaciones que acrecienta la tasa de enfermedades respiratorias en personas expuestas a ellas.

Las personas que viven en las áreas costeras son particularmente vulnerables a los daños para la salud causados por las fuertes tormentas e inundaciones, así como por fuentes de agua potable contaminada. La combinación de la cantidad de gente viviendo en áreas costeras, tormentas tropicales más intensas, y el aumento del nivel del mar incrementa el riesgo en las comunidades de la costa. Los expertos predicen que el oleaje de tormentas en áreas donde no ocurren huracanes grandes probablemente cause más daño.

Los eventos meteorológicos extremos como inundaciones y huracanes pueden causar también un impacto mental negativo, como ansiedad, depresión y desorden post traumático. Particularmente, los niños son vulnerables a problemas de salud mental en los casos de eventos meteorológicos extremos.

Prepararnos para un aumento en la actividad de tormentas, incluyendo inundaciones más severas y frecuentes, y oleaje más alto y de mayor alcance, es una estrategia clave para reducir el daño que causan en la salud humana.

Referencias:

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