Esta es la gran pregunta que se viene formulando entre los evaluadores ambientales y responsables de proyectos que tiene un EIA. Con el SENACE en funciones, los EIAs van a ser evaluados por otro equipo, bajo diferentes criterios y con otras normativas.
Este artículo viene a mostrar cual será la naturaleza de esa transición y que nuevos temas surgirán al evaluar el impacto.
¿Entonces, es bueno es malo?
En entornos emergentes de la evaluación ambiental, no podemos decir que va a ser mejor o va a ser peor, sino simplemente que va a ser diferente. Y lo nuevo causa miedo en los inversores, porque nadie quiere volver a replantear su EIA.
La gente prefiere lo malo conocido que lo bueno por conocer y hay un apuro (hasta el 28 de Diciembre) en introducir mEIA, EIAs y otros documentos en el DGAAM antes que entre en funciones el SENACE.
¿Pero porqué cambiaría?
En líneas generales, para cualquiera persona que ha hecho un EIA, este depende de dos cosas: los TdR y los criterios del evaluador. Y lo hemos dicho siempre, los EIAs son más un cumplimiento de requisitos que una evaluación de impacto; y los reportes son cumplimientos de los TdR.
El SENACE viene con un enfoque nuevo de difusión y aceptación de las evaluaciones reflejado en la cantidad de comunidadores y sociólogos requeridos en los equipos profesionales.
Nos ha sorprendido gratamente que algunas consultoras vean los EIAs más alla de esto y hagan un enfoque entre las distintas disciplinas para que el documento tenga un valor agregado y sea un instrumento que ayude a diagnosticar el impacto y ver las posibles medidas de remediación, mitigación y compensación.
Nada debería cambiar
Según los criterios del evaluador, nada debería cambiar. Y decimos que nada debería cambiar porque vemos al medio ambiente y la interacción de la actividad humana como un fenómeno que puede ser descrito en base de un conocimiento científico en una evaluación responsable.
Nada debería cambiar, pero no es cierto. Porque los criterios de los evaluadores son diferentes y es allí donde genera el pánico en los consultores ambientales y personal responsable de proyectos.
Por ejemplo, nunca dos hidrogeólogos ven el sistema de aguas subterráneas de la misma manera, y cuando hablan de fracturas nunca hay como se pongan de acuerdo. Si se hubiera enseñado hidrogeología en la universidad o en postgrado tanto evaluadores como revisores, entonces las evaluaciones y revisiones serían más rápidas. Pero hidrogeólogos no hay muchos, ni tampoco hay criterios para separa a los buenos, de los que hacen "artificios". Lo mismo se aplica para otras áreas de la evaluación ambiental.
Nuevos evaluadores van a traer.... nuevos puntos de vista! Y va a ser como bailar el tango con otra tonada.
Así que si tu proyecto no puede bajar de ser un EIA a un EIAsd, no queda otra más que adaptarte, cambiar y conversar. No hay de otra, la ley es la ley.
Notas finales
En el colorario de mi disertación me surge una pregunta. Y acaso quién fiscaliza a las municipalidades, comunidades y agricultura? Aquí hay un discurso partido donde la minería formal tiene todas las de perder, pero eso lo veremos en otro artículo.
Otra cosa que se me viene a la mente, que algún tiempo me quito el sueño es: ¿Qué tiene que ver el Indice de Compacidad con la Evaluación Ambiental?
Escrito por:
Saul Montoya Ph.D. Cand
Dedicado a todos aquellos que han luchado y han sufrido en la realización de instrumentos ambientales.